Sonidos que curan: el lenguaje del delfín Parte II

Como lo hablamos en la entrega anterior, los delfines emiten una frecuencia “curativa” porque repercute en el humano que lo recibe. Pero ¿qué son y cómo capta nuestro cerebro estos sonidos? Bien, cuando se reproducen dos frecuencias apenas diferentes en cada oído, el cerebro percibe un solo sonido o una sola frecuencia, esto se conoce como sonido binaural. La frecuencia sonora que percibe el cerebro es la diferencia entre las dos que se reproducen en los respectivos oídos. Por ejemplo, un sonido binaural de 10Hz se crea mediante la reproducción de frecuencias de 240 Hz en un oído y 250 Hz en el otro.

Se dice que los beneficios del sonido binaural se producen cuando el cerebro responde con actividad neural y cambia las ondas cerebrales. Algunas funciones cognitivas como el sueño se pueden mejorar o suprimir cuando se escuchan frecuencias determinadas. Los estados de las ondas cerebrales afectan el pensamiento, el comportamiento y las emociones.

La ondas delta (0,5-3 Hz) son las más lentas y se asocian con el sueño profundo, la meditación y la sanación. El sonido binaural delta es muy relajante y es el acompañamiento ideal para el sueño. Las ondas theta (3-8 Hz) producen muchos beneficios desde reducción de la ansiedad a disminución de dolores crónicos.

Las ondas cerebrales se asocian con el sueño, la memoria a corto plazo y un estado meditativo. Las ondas theta relajantes son ideales para la meditación. Las ondas alfa (8-12 Hz) corresponden al estado de calma del cerebro consciente. Las ondas alfa mejoran la función cerebral durante las tareas de memoria de trabajo y aumentan la creatividad en algunas personas. También son ideales para relajarse después de una sesión larga de estudio. Las ondas beta (12-38 Hz) corresponden al estado de pensamiento activo y vigilia. Se asocian con resolución de problemas, pensamiento complejo, habilidades motoras, entusiasmo y razonamiento en la vida cotidiana.

Ahora retomemos, los delfines emiten frecuencias de unos 100.000 Hz., ¿se imaginan la cantidad de estímulo cerebral que eso produce? Los sonidos que emiten se sincronizan con nuestro cerebro y, como consecuencia, se obtienen todos los beneficios que ya mencionamos. Hay estudios que muestran que el electroencefalograma de un cerebro con anestesia tiene el mismo dibujo de ondas que un cerebro expuesto a las ondas del delfín.

El autismo, la parálisis cerebral, el cáncer, la depresión, el Síndrome de Atención Deficiente, Síndrome de Down, problemas de audición, de visión, lesiones en la médula espinal, son algunas de las enfermedades tratadas con esta terapia. La Fundación AquaThought, con sede en Florida, desde 1989, está investigando los cambios psico, neuro e inmunológicos que le ocurren a una persona cuando interacciona con los delfines. Estos cetáceos tienen la habilidad de detectar áreas de trauma físico o discapacidad en los humanos. Los investigadores participantes creen que tienen un sonar natural, es decir, que son como ecógrafos vivientes que emiten ondas sonoras que podrían estar asociadas a su sensibilidad.

Existe la teoría de que el nado con el delfín refuerza el sistema inmunológico de la persona, afecta al ciclo de producción-recaptación de los neurotransmisores y afecta al sistema hormonal. Se cree que esto es debido a los cambios sono-químicos que son producidos por las ondas que emite el cetáceo que suceden en las membranas celulares.

Y aún y cuando se han hecho electroencefalogramas y se han logrado detectar cambios cerebrales mientras se encuentra una persona en el agua con estos animales hace falta más investigación para conocer cuáles son los procesos neurológicos que en ese momento entran en juego. Actualmente esta terapia se combina con biosónica y la terapia sacro-craneal que emplean las emisiones acústicas de los delfines para desbloquear y reequilibrar determinados casos en los que otros tratamientos no han surtido efecto, todo sin menospreciar la importancia del medio acuático y la ingravidez que nos brinda. Tal vez los delfines tienen la sanación del mundo y no nos hemos dado cuenta. ¿Aún te quedan dudas sobre si los delfines son “mágicos”? Nos leemos en la próxima temporada.

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