La temporada 2024 de los Miami Dolphins, desde mi punto de vista, está acabada en cuanto a aspiraciones de contender o incluso de llegar a los playoffs. Sin embargo, lejos de ser una pérdida, debemos ver esta temporada como una oportunidad para aprender de los errores del pasado y comenzar a construir un futuro sólido para la franquicia. Aquí algunas lecciones que nos deja esta temporada:
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1. La seriedad empieza en el training camp
La disciplina y preparación de un equipo deben establecerse desde el principio, y esta temporada los Dolphins han sido un claro ejemplo de cómo una cultura demasiado relajada puede descontrolarse. No tengo el dato exacto, pero la cantidad de veces que veteranos como Tyreek Hill, Terron Armstead, Odell Beckham Jr., y Raheem Mostert no entrenaron, ya sea por lesión o por manejo del cuerpo, fue excesiva y estuvo fuera de control. Algunos reportes incluso señalan que Hill se saltaba la primera parte del entrenamiento, uniéndose solo a la fase de 11 contra 11.
Es entendible que Mike McDaniel haya intentado implementar una cultura relajada, algo que le ha funcionado en el pasado, pero esta temporada se pasó de los límites. La falta de constancia en el training camp se hizo evidente desde la semana 1 contra los Jaguars, cuando el equipo salió al campo con una actitud arrogante y sin una preparación adecuada.
2. La NFL es un juego de jóvenes
Si bien hay valor en contratar veteranos con experiencia, esta temporada ha dejado claro que los Dolphins necesitan enfocar sus esfuerzos en jugadores jóvenes que puedan desarrollarse y adaptarse a los esquemas del equipo. Equipos como Detroit, Green Bay y Houston han apostado por construir su base con talento joven, y es probable que estos equipos se conviertan en contendientes a largo plazo. Han forjado una cultura ganadora desarrollando jugadores con hambre y energía, algo que Miami necesita emular.
La estrategia de contratar “superestrellas veteranas” como Terron Armstead, Jalen Ramsey, Odell Beckham Jr., y Jordan Poyer ha demostrado ser costosa e insostenible. Estos jugadores ocupan un espacio importante en el salary cap, son muy propensos a lesiones y, en muchos casos, limitan el desarrollo de los jóvenes. Si bien hay excepciones como Calais Campbell, es momento de cambiar la fórmula y regresar a una estrategia de desarrollo de talento que construya una base sólida, aunque tome tiempo.
3. Backup QB confiable
Desde el principio de la temporada era evidente que, si Tua Tagovailoa se perdía algún juego, ni Mike White ni Skyler Thompson serían capaces de mantener al equipo competitivo. Son quarterbacks limitados que no tienen el nivel para ejecutar el sistema de McDaniel al nivel que Tua puede. Este sistema es complejo y requiere muchas repeticiones para perfeccionarse. Desde el inicio de la temporada estaba claro que solo Tagovailoa era capaz de manejarlo.
Pensando en el futuro, es indispensable planificar con anticipación. Miami debería haber buscado un QB suplente con más experiencia, alguien como Joe Flacco o Jimmy Garoppolo, quienes podrían darle al equipo la oportunidad de ganar partidos en ausencia de Tua. Es momento de que el equipo invierta en un plan B a largo plazo en caso de que él sufra otra contusión. Esto debería ser una prioridad en el próximo draft, ahora tomando un proyecto joven en una de las primeras rondas del Draft.
4. Actitud de responsabilidad
Uno de los problemas más graves de los Dolphins en 2024 ha sido la falta de accountability o actitud de responsabilidad. Esta cultura de “rendición de cuentas” parece no existir en el equipo. No importa cuántas penalidades se cometan, cuántos balones se pierdan, cuántos errores de asignación sucedan: estos jugadores, bajo la dirección de McDaniel, rara vez enfrentan repercusiones. Es poco común que sean sentados, reprendidos o sancionados de alguna manera.
No se trata de que McDaniel se convierta en un dictador autoritario, pero tampoco puede ser el “maestro barco” que permite que el equipo se mantenga sin mostrar resultados. Es fundamental que el equipo recupere una cultura de responsabilidad en la que cada jugador se sienta obligado a dar su máximo esfuerzo y a rendir cuentas por sus errores.
5. Menos es más
¿Soy solo yo, o en la era McDaniel parece más fácil para los Dolphins convertir una 3ra y 9 que una 3ra y 1? Al final, el fútbol americano se basa en fundamentos: ganar tus enfrentamientos individuales, abrir espacios en el juego terrestre, proteger a tu QB y ser más físico que el rival. Si puedes hacer eso consistentemente en ofensiva, sin importar lo complejo o confuso que sea el esquema para el equipo contrario, vas a ganar partidos.
Nick Sirianni y los Eagles han demostrado a la NFL que no se trata solo de crear esquemas ingeniosos; se trata de ejecución. Sabes que los Eagles van a hacer el “tush push” en situaciones cortas, y aún así, los equipos no pueden detenerlos porque lo ejecutan a la perfección. No estoy sugiriendo que Miami deba imitar esta jugada (claramente Tua no es Jalen Hurts), pero un acarreo simple por el centro, con el fullback bloqueando, es probablemente más efectivo que una pantalla con movimientos pre-snap complicados. A veces, la simplicidad y la ejecución ganan sobre la sofisticación.
6. Construcción de roster deficiente
No hay un equipo en la NFL sin debilidades; ningún roster es perfecto. Sin embargo, los Dolphins han ignorado sistemáticamente posiciones que son clave para establecer la fisicalidad en el juego. Las posiciones de tackle defensivo (run stuffer, tackle nariz) y guardias ofensivos no han sido prioridad e, incluso, han sido relegadas. Si miramos nuevamente a los Eagles, entendemos por qué pueden jugar como lo hacen, simplificando su esquema y dominando en las trincheras.
Miami ya no puede seguir apostando por ser un “circo aéreo” que depende exclusivamente del pase. En los playoffs, y especialmente en ambientes fríos y hostiles, ese estilo de juego no es suficiente. Para construir un equipo verdaderamente competitivo, los Dolphins deben invertir en posiciones físicas y recuperar el balance entre el juego terrestre y el aéreo.
7. Extensiones y concesiones innecesarias
Relacionado con el problema de contratar veteranos de renombre y la cultura de relajación, Chris Grier ha tomado decisiones financieras que parecen más orientadas a mantener la “armonía” en el vestuario que a construir un equipo competitivo. Ha cedido ante las demandas económicas de veteranos como Tyreek Hill y Jalen Ramsey, haciéndolos dos veces los jugadores mejor pagados en sus posiciones y garantizándoles aún más dinero a futuro. Este problema no es nuevo: sucedió anteriormente con Xavien Howard.
Pareciera que el equipo está “secuestrado” por los agentes, y la falta de compromiso deportivo pasa a segundo plano. Me da gusto cuando los jugadores ganan contratos por mérito, pero una cosa es pagar lo que el mercado dicta y otra es hacer concesiones para mantener un ambiente cómodo, algo que, a largo plazo, afecta la cultura del equipo. ¿Era realmente necesario extender el contrato de Mike McDaniel hasta 2028 antes de iniciar la temporada 2024, cuando tenía contrato hasta 2025? A pocos meses de esa extensión, ya estamos cuestionando si debería seguir como entrenador en jefe para 2025. Basta de premiar la mediocridad sin exigir resultados.
8. El equipo le ha fallado a Tua
Tua Tagovailoa debería ser la base del equipo. Es cierto que en momentos importantes nos ha quedado corto, pero tampoco es justo que todo el peso del equipo recaiga sobre sus hombros. Si un equipo defiende bien lo que hace Tua, entonces se necesita una fórmula que contrarreste eso y lo respalde. ¿Se imaginan a Tagovailoa jugando para Shanahan en San Francisco? Probablemente sería candidato a MVP cada año.
El juego terrestre y el play action deberían ser la base del sistema ofensivo de Miami, adaptando el esquema a las fortalezas de Tua y brindándole un apoyo consistente. Apostar todo al brazo de Tagovailoa no solo lo expone, sino que también limita el potencial general del equipo. Para maximizar sus habilidades, Miami necesita construir una ofensiva balanceada y estratégica, dándole a Tua las herramientas necesarias para triunfar.
9. Alternativas de GM
Volver a empezar con un nuevo régimen de gerente general y entrenador en jefe tiene sus pros y contras, al igual que mantener continuidad con lo que tenemos actualmente. La relación entre Chris Grier y Mike McDaniel parece estar alineada, y, a pesar de las deficiencias que ya discutimos, es un hecho que también han logrado cosas positivas. Grier le dio un giro de 180 grados a un roster que en 2019 carecía prácticamente de talento. Hoy, en 2024, jugadores como Tyreek Hill, DeVon Achane, Zach Sieler, Jaylen Waddle, Jevon Holland y Jaelan Phillips son parte de una base sólida e interesante.