Mes del Hombre: Enseñando con el ejemplo

Seguramente para la gran mayoría de varones, el 19 de noviembre pasó sin pena ni gloria. Y es que el Día Internacional del Hombre es una fecha poco celebrada, ya que no ha sido ocupada para ninguna campaña publicitaria, toda vez que, para bien o para mal, coincide con el Black Friday o el Buen Fin mexicano, fechas comerciales con las mayores ofertas y descuentos del año.

Pero en Somos Dolphins nunca optamos por el camino fácil y en este caso, evocamos la relevancia del día por encima del tamaño de celebración.

El Día Internacional del Hombre es una fecha para hacer conciencia de la salud de los hombres y niños, fomentar buenas costumbres, reconocer la importancia de la figura paterna y celebrar los logros de varones que son ejemplos a seguir.

Contrario a la igualdad, que implica dar a todos lo mismo, para poder llegar a una equidad, donde cada quien recibe el apoyo que necesita, resulta necesario identificar tales necesidades, a partir de reconocer que las diferencias de género implican necesidades diferentes. Es necesario entender que ellos también valen y debe hacerse más por cuidar la salud de los varones, quienes por mal entendidos preceptos sociales como “los chicos no deben llorar” o “aguantese como los machos”, aunados a mayores riesgos laborales y condiciones hormonales derivan en una expectativa de vida mucho menor que las mujeres.

Esto es tan amplio que un día al año resulta insuficiente para crear conciencia al respecto y muchas campañas y eventos del Día del Hombre se concentran en promover el diagnóstico del cáncer de próstata. En entregas anteriores hemos señalado que deben cuidarse condiciones que son mayormente masculinas.

En el inicio de la historia de la humanidad, fuimos nómadas cazadores y recolectores, que cambiaron sus vidas cuando la agricultura y la ganadería permitieron crear asentamientos sedentarios, formando ciudades, en las que hemos hecho avances agregando servicios que mejoran las condiciones de vida. Esto ilustra cuán naturales son los roles primitivos que permitieron la supervivencia por millones de años, mismos que obligaban a los varones a ser mejores cazadores y a las mujeres mejores recolectores. Existen investigaciones que soportan la hipótesis de que estos roles afectan la química cerebral, creando una predisposición al desarrollo de aptitudes distintas por género.

Dicho de manera sencilla, debido a la evolución, los varones y las mujeres tenemos formas distintas de buscar soluciones, que implican cuidar más algunos aspectos que otros y por ende hay riesgos distintos respecto al género. Esto es tan serio que algunas compañías consideran importante el punto de vista femenino al integrar normas de seguridad y programas de prevención de accidentes.

Habiendo señalado que existe una tendencia natural a ciertos riesgos, vale destacar que el rol masculino ha cambiado con la evolución de la humanidad. Hoy las habilidades necesarias para desarrollar bien un trabajo tienen poca o nula relación con las diferencias de género. Anteriormente se hablaba de que el soccer era el “deporte del hombre”, afortunadamente en ese deporte existen ya ligas profesionales de mujeres, quienes cada día ofrecen mejor calidad.

En el Football, si bien hay ligas explorando una situación similar, las diferencias físicas hacen una diferencia mayor y la adaptación del deporte femenino crea versiones únicas, diferentes.

Y es que el Football envuelve mucho del instinto masculino más primitivo en conjunción con aspectos de liderazgo que merecen extenso reconocimiento.

Un padre no es aquel que engendra, sino aquel que cría, el que sostiene la mano del hijo para que de sus primeros pasos, el que cuida al pequeño cuando enferma y el que le orienta sobre la vida misma. La figura paterna ha evolucionado, especialmente en los últimos veinte años. Un padre debe enseñar con el ejemplo, creando adecuados canales de comunicación con cada uno de los hijos. Lo que suele pasar desapercibido es que una persona guía adecuadamente a los suyos, suele servir de ejemplo para otros, por lo que el desempeño bueno o malo de un padre suele impactar más allá de su familia.

Un coach debe hacer funcionar colectivamente su grupo de jugadores, por lo que una de las primeras habilidades de un entrenador es fomentar la comunicación, identificar la mejor forma de hacer entender a cada jugador sobre lo que debe hacerse y cómo debe hacerse. Esa comunicación y el liderazgo que implica, sirven de fundamento para el desarrollo de actitudes más allá del deporte, por lo que no es de extrañar que para muchos jugadores, la figura paterna más importante de su vida, fue su entrenador de Football, aquel que siempre le ofreció guía a lo que debía hacer. Aún en el profesionalismo.

A la muerte de Don Shula, muchas voces expresaron su tristeza y personajes como Dan Marino, Larry Csonka, Bob Griese, entre otros, destacaron la forma en que Don tocó las vidas de tantos, sirviendo de ejemplo y guía.

La grandeza de Shula sirve para ejemplificar el el rol masculino moderno, aquel que sirva como el formador de mejores ciudadanos, capaces de comprometerse, ser responsables, cuidar a los suyos y cooperar por el bien colectivo. Pero ser coaches no es lo único que define el rol masculino de nuestros días, los que nos lleva a historias como la de Albert Wilson, receptor de los Miami Dolphins.

Albert Wilson tuvo una infancia muy complicada, marcada por los problemas legales de sus padres, lo que lo llevó a vivir en hogares adoptivos, en condiciones muy complicada. Según palabras del propio Wilson, su vida pudo haber ido en cualquier dirección, desde el vicio y el crimen hasta lo que tiene hoy. A través del Football pudo poner dirección correcta y apoyar a sus familiares a rehabilitarse e integrarse, siendo un completo ejemplo de superación.

Wilson apoya varias fundaciones, donde apoya a jóvenes que viven situaciones complicada como la que le tocó a él. Ahí está apoyando a miles a orientar sus vidas. Si bien Albert decidió optar por no jugar con los Dolphins en 2020 ante la situación de la pandemia, debe entenderse que no fue por abandonar al equipo, sino porque debido a sus acciones fuera de la cancha, representaría un riesgo.

Como Albert Wilson, este tipo de hombre que inspira cosas mayores es digno de mencionarse en el marco del mes del hombre.

 

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