Este día las noticias en Miami no comenzaron nada bien, pues la mano izquierda de Tua Tagovailoa no cumplió lo necesario para permitir que el mariscal titular de los Dolphins pudiera iniciar el encuentro. Y es que durante una de las prácticas, Tua golpeó su mano contra el casco de uno de sus compañeros, causando en el dedo meñique de la mano de lanzar, una fractura muy ligera, pero suficiente para incomodar al manejar el balón.
De esta forma, Jacoby Brissett tuvo que iniciar el partido de esta jornada, cuando los Miami Dolphins recibían en el Hard Rock Stadium a los Houston Texans. Los Texans son un equipo en completa reconstrucción, sufriendo la ausencia del dilemático mariscal Deshaun Watson y limpiando los desastres administrativos dejados por Bill O’Brien.
Los Texans del coach David Culley intentaron resolver la posición de pasador a través del veterano Tyrod Taylor, pero las lesiones lo han mantenido fuera y han requerido echar mano del novato David Mills, quien puso en aprietos a los Patriots, pero no ha podido ganar ninguno de sus inicios. Hoy Texans tendría de vuelta a Taylor, mientras que los Dolphins estarían siendo liderados por Brissett.
Esto produjo un predecible inicio, con Miami despejando sin ganar una yarda, mientras Houston movía bien el balón, pero era interceptado en la zona de anotación.
Tras esto, Miami montó un ataque muy fortuito, donde las atrapadas de Jaylen Waddle aproximaron el balón hasta donde Myles Gaskin produjo una anotación terrestre a partir de un centro directo al corredor, al estilo de la formación Wildcat.
El resto del primer cuarto estuvo repleto de errores absurdos por parte de los Dolphins, donde Brissett se confía de más y sufre una intercepción por Eric Murray. De forma similar, Myles Gaskin tuvo un balón perdido en la siguiente serie ofensiva. Afortunadamente para los locales, Houston no aprovecho dichas oportunidades y pese a la gran posición otorgada, Texans solo obtuvo un gol de campo.
Pero los errores no pararon ahí y el novato Jevon Holland, pierde el balón durante un regreso de patada, brindando una situación ventajosa a los visitantes, dejando el balón en la yarda 23. La defensa se fajó para limitar el daño y Texans solo pudo capitalizar el error con un gol de campo, apretando el marcador 6-7.
En la siguiente serie ofensiva de Miami, los aportes de Jaylen Waddle, Albert Wilson y Mike Gesicki acercaron el balón para que la privilegiada pierna de Jason Sanders resolviera un gol de campo de 42 yardas.
Houston mostró sus colores, pues en la siguiente serie serian interceptados por Jerome Baker. La ofensiva de Miami convierte el error de Taylor en puntos, tras un buen pase de Brissett a Mack Hollins.
Así los Dolphins se irían al descanso con ventaja en el marcador de 6-17.
El festival de errores continuaría con intercepciones en las primeras series de cada equipo. Texans pierde el balón cuando Adam Butler desvía el balón en la línea y Justin Coleman intercepta. Miami devuelve el favor cuando Brissett es interceptado y pone el balón en la yarda 44 de Houston.
Los castigos y las capturas de mariscales evitaron que los siguientes avances fuesen efectivos, forzando despejes consecutivos.
Houston se puso las pilas y en una ofensiva sostenida donde Tyrod Taylor localiza largo al veterano Amendola y logra tocar la puerta, pero la defensa de Miami se dobla, pero no se rompe y fuerza otro gol de campo.
La línea ofensiva de Miami sufrió en el siguiente ataque, terminando en un balón suelto por parte de Brissett, quien sucumbió ante la presión.
Aprovechando la ineficiencia de la ofensiva de Miami, los visitantes amenazaban con buscar el empate y forzar tiempos extra. Afortunadamente, la defensa de Dolphins impidió tal remontada, cuando Brandon Jones recupera un balón suelto tras golpear al receptor de Texans.
En total entre los dos equipos totalizaron 9 intercambios de balón, algo que no se presentaba desde 2016.
De esta forma, pese a todos los errores, Miami gana en casa 9-17, y permanece al fondo de la AFC Este, con record de 2-7