La semana 15 de la NFL los Buffalo Bills le propinaron la sexta derrota del año a los Miami Dolphins, y prácticamente los alejó de la posibilidad de soñar con el Título de la AFC EAST, al derrotarlos el pasado sábado por la noche 32-29; con eso el equipo de Florida queda limitado a conseguir su boleto hacia los playoffs por vía Wild Card. A continuación enlistaremos tres puntos de lo que nos quedamos tras otra amarga visita a la congelada ciudad de Buffalo.
1) No hay victorias morales en la NFL.
Cada vez que llega el mes de abril la liga anuncia su calendario completo para la siguiente temporada, exceptuando este año que por primera vez decidió realizarlo en el mes de mayo posterior al draft; y aunque los entrenadores minimicen las fechas en que enfrentarán a sus rivales, la realidad es que una vez publicado el calendario visualizan la preparación contemplando los factores externos que habrá para esas fechas. Para Miami no es una excepción, y sabe que el jugar de local en el mes de septiembre con más de 30° grados centígrados aunado a una humedad del 60% es un factor que juega a su favor; asimismo, visitar la ciudad de Buffalo en el mes de diciembre a una temperatura de -6° C es un elemento en contra. Se sabía de antemano que el clima en Buffalo sería extremo y además con una tormenta de nieve programada que no fue mayor sino hasta el tramo final del juego; sin embargo, el equipo de los Dolphins no puede culpar al clima de la derrota, que si bien pudo limitar el playbook, la realidad es que desempeñó un juego demasiado parejo ante el mejor equipo de la AFC. Los Dolphins tuvieron una ventaja de 29-21 faltando menos de 12 minutos por jugar aumentando la ilusión de poder salir con un triunfo de Buffalo que no hacen desde el 2016; sin embargo, apareció Josh Allen hilvanando primero una serie ofensiva de 75 yardas que concluyó con un pase de 5 yardas a Dawson Knox para acercarse 29-27, para que después el mismo Allen corriera dos yardas para lograr la conversión de dos puntos y así empatar el juego a 29; para concluir, el mismo Allen lideró una ofensiva de 86 yardas que concluyó con un gol de campo de Tyler Bass en la última jugada del partido y sentenciando la sexta derrota de Miami. Si bien los Dolphins hicieron el partido más parejo de estos tres descalabros seguidos y mejoraron en varias facetas del juego, la realidad es que su marca es de 8-6 y que la división ya se les escapó, por lo cual si quieran entrar a los playoffs tendrán que hacerlo como Wild Card.
2) El ataque por tierra abre el mar de Miami.
Dos horas antes del juego los Miami Dolphins anunciaron que el RB Jeff Wilson no iba estar activado por una lesión de cadera que sufrió en el juego contra Chargers; por lo cual y ante el gélido clima de Buffalo, el ataque terrestre se limitaría a la producción de Raheem Mostert quien jugó el mejor partido desde que llegó a Miami consiguiendo 136 yardas en 17 acarreos, siendo el segundo partido en la temporada que rompe la barrera de 100 yardas terrestres (el otro fue contra los Jets en la semana 5 con 113); Salvon Ahmed ayudó a la causa con 43 yardas en 6 acarreos, logrando un touchdown. Los Dolphins lograron el mejor juego en su ataque terrestre en la temporada con 188 yardas. Aunque la característica del equipo es su ofensiva aérea y que el clima ayudó a que los Dolphins exploraran más su ataque por tierra, es imperativo que en esta recta final de la campaña Miami haga funcionar su ataque por esa vía para que el mar se le abra al equipo.
3) Se necesita mayor producción de Bradley Chubb .
Los Miami Dolphins hicieron un trade con los Denver Broncos el primer día del mes de noviembre, donde mandaron su primera ronda del draft 2023, además de una cuarta ronda del 2024 y al RB Chase Edmonds a Denver, para recibir a cambio al LB Bradley Chubb y una quinta ronda del 2025. Hasta el momento en los seis partidos que Chubb ha jugado con Miami, registra 12 tacleadas, cinco por sí mismo, dos capturas y media y un fumble provocado. Si bien son estadísticas no despreciables, no son para un LB que llegó a Miami con la etiqueta de marcar diferencia. Y aunado a que en los ocho partidos que jugó con Denver en esta misma temporada registró 26 tacleadas, quince por sí mismo, cinco capturas y media y dos fumble provocados, número que duplican su producción en Miami hasta el momento. Se podrá decir que a Chubb le hacen doble equipo y eso ha provocado el resurgir de Jaelan Phillips que a raíz de la llegada de Chubb ha mejorado notablemente sus números; sin embargo, a Bradley Chubb lo trajeron a los Dolphins con etiqueta de un jugador de calibre de pro bowl, y hasta el momento su producción en la cancha no ha justificado lo que se pagó por él.